Oramos por Iren, nuestro prenovicio

 

El día 19 de octubre falleció el joven Hieronimus Tae (le llamábamos Iren), prenovicio de las Escuelas Pías Betania, en Indonesia.

Iren era un joven de 25 años. Su pueblo se llama Kakaniuk, a varios kilómetros de Atambua, en Timor. Era el segundo de tres hermanos. Siendo aún alumno de Primaria su padre tuvo que marchar lejos, a Papúa, para encontrar trabajo y poder enviar dinero para mantener a la familia. La madre sacó adelante a sus hijos con tesón y cariño. A menudo, Iren añoraba el regreso de su padre. Tuvo una adolescencia difícil y no fue fácil para él centrarse en los estudios. Carácter alegre, comunicativo, espontáneo, de muchos amigos. Inesperadamente decidió dar un brusco giro a su vida y pidió entrar con los escolapios. Nos conoció por medio un junior que es del mismo pueblo. Su intención era muy sincera.

Fue admitido como aspirante en Atambua en el curso 2016/17. Fue su maestro el P. Marcelino Leo. Afrontó con entusiasmo el proceso formativo aunque no le resultaba fácil, porque era consciente que era mucho lo que tenía que cambiar, pero lo deseaba sinceramente y le ponía esfuerzo. Al año siguiente, junto con sus compañeros, continuó su formación en Yogyakarta como Postulante e inició sus estudios universitarios para intentar convertirse en profesor de Historia. El 7 de abril de 2018 inició su Prenoviciado. Fue elegido entre sus compañeros como el coordinador del grupo. Su proceso formativo discurría positivamente y comprobábamos cómo progresivamente iba mejorando en todos los aspectos. Él era feliz en la comunidad y contribuía lo mejor que podía a la buena marcha de la casa.

Improvisamente comenzó a sentir molestias e iniciamos pruebas médicas. El diagnóstico fue muy duro: sus dos riñones estaban dañados y no funcionaban normalmente. Le costó creerlo y aceptarlo. Hubo de iniciarse enseguida diálisis dos veces por semana. Varios meses continuó viviendo en nuestra comunidad mientras seguía su terapia y trataba de continuar los estudios y la formación. En julio del 2018 en diálogo con su familia se vio mejor que se trasladara a Kupang -la capital del Timor indonesio- donde la familia podía seguir de cerca su proceso. Varios meses después regresó a Yogyakarta junto con su madre para prepararse para el trasplante de riñón que le donaría su propia madre. Vivían en una casa cercana a la comunidad, por lo que el contacto era frecuente. Finalmente la operación de trasplante se produjo con éxito en octubre del 2019. Pudo así recuperar cierta normalidad de vida, aunque debía continuar cuidando atentamente su salud y seguir revisiones periódicas. Siempre manifestó su deseo de regresar a la comunidad en cuanto estuviese plenamente restablecido y venía  a visitarnos a menudo. También paso momentos de crisis y confusión, pues le costaba entender y aceptar las limitaciones que le imponía su enfermedad.

A primeros de octubre de este año ingresó de nuevo en el hospital debido a complicaciones con el bazo y tuvo que ser operado de urgencia. Pasó  unos días en estado crítico y sus compañeros se ofrecieron para ayudarle donando sangre. Recibió también de mis manos el sacramento de la unción de los enfermos. Comenzó a recuperarse y pasó una semana en el hospital en compañía de su madre. Todo parecía indicar que lograría recuperarse, pero improvisamente el 19 de octubre todo se complicó y en muy poco tiempo falleció. Sus compañeros y amigos arropamos lo mejor que pudimos a su madre, que se encontraba sola con él, lejos de la familia. Pudimos ayudarles para trasladar el cuerpo hasta su pueblo natal, donde descansa en paz.

Todos hemos sentido mucho su pérdida y continuamos pidiendo por su eterno descanso.

 P. Víctor Gil Sch. P.

 


Dos breves testimonios de dos compañeros de curso:

“Era un hermano que siempre metía alegría en cualquier situación. Iren amaba mucho su vocación. Siempre decía que quería ser escolapio. Alegraba a los niños del Learning with Calasanz. A muchos niños les gustaba su forma de ser”.

“Él tenía una forma de ser única. Era alguien humilde y le gustaba compartir con todos. Era un hermano con una motivación muy fuerte por seguir a Cristo.”

Información cedida por https://www.escolapiosbetania.org/noticia/Oramos-por-Iren-nuestro-prenovicio/1281

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